SERIE DE APUNTES SOBRE DIVERSOS TEMAS DEL DERECHO Y LA POLÍTICA, APUNTES QUE SIN PRETENSIÓN ALGUNA ABORDAN VARIADOS TÓPICOS

Abelardo González Zamudio

martes, 20 de marzo de 2012

LEER PARA PENSAR, ENTONCES EXISTIR


Aversión al Debate.

Tarde, han pasado casi dos meses desde su publicación, me he encontrado con un comentario de Jesús Silva-Herzog Márquez en su blog. La tardanza no le resta importancia, muy al contrario, reconoce, vía el retome tardío, lo vital que encierra el análisis.

Consistente es mi insistencia en el aula universitaria, respecto al contenido de referentes que conlleva cualquier conceptualización en el terreno de las ciencias sociales. La Democracia, como categoría política, debe ser analizada bajo el rigor lógico de las ciencias y siempre ser referenciada a sus elementos esenciales, a saber: participación, deliberación y consenso. La falta, ninguneo o seria afectación a cualquiera de los referentes, implican un cambio de categoría, es decir, estaremos hablando de “algo” distinto a la democracia, no de ella.

En éste sentido reviste importancia lo comentado por el maestro Silva-Herzog Márquez: “La aversión a la polémica no es, desde luego, un vicio exclusivo de la clase política. El repudio es nacional. Es infrecuente entre nosotros que el desacuerdo sea un juego de inteligencia, de razón y, por supuesto, de humor. Una partida que acepta y anticipa la jugada del otro, es decir, que reconoce su derecho a la réplica. Un juego que entiende que la discrepancia implica rivalidad pero no es una declaración de guerra. Discutir parece actividad de mal gusto, una agresión, una insolencia. Debatir es arruinar la fiesta de lugares comunes, vaguedades, evasivas y demás tributos a la falsa fraternidad. La aversión a la polémica nos lleva, así, de la etiqueta más barroca a la riña más pedestre.

¿Dónde queda entonces la democracia cuando la sociedad que pretende erigirse como demócrata, rehúye el debate, siente pánico ante la posibilidad de tener que, o el deber de debatir? ¿Queda reducida sólo al espacio de la política profesional? NO. En México la democracia no es en realidad en el sistema o régimen político, prueba de ellos son la propia Constitución Federal y las leyes electorales, que en lugar de propugnarla la inhiben, obstaculizan y aún, la suprimen. Sin deliberación, sin debate público, un régimen político es algo muy distinto a la esencia del ser democrático.

Para la lectura completa del cometario:

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