SERIE DE APUNTES SOBRE DIVERSOS TEMAS DEL DERECHO Y LA POLÍTICA, APUNTES QUE SIN PRETENSIÓN ALGUNA ABORDAN VARIADOS TÓPICOS

Abelardo González Zamudio

lunes, 29 de agosto de 2011

México y la lucha contra el crimen. Entre Hobbes y Rousseau.

En ésta lucha de tintes fratricidas, bélicos y morales que parecería iniciar una nueva división entre nosotros los mexicanos, la fácil (la de los actores políticos, incluidos muchos críticos, periodistas e intelectuales) es transitar nadando de muertito entre el tono gris que se proyecta desde polos opuestos, desde el blanco y el negro.
La tonalidad concreta, aquella que es blanca o negra, según quiera verse por el lugar donde estemos parados, reflecta el optimismo antropológico rousseauniano frente al realismo, no menos antropológico, hobbesiano. El autor del Contrato Social nos diría: en México, los malos, esos que entre otras maldades, extorsionan, cobran piso como si fueran el SAT, venden discos, películas, video juegos piratas, levantan y secuestran, queman casinos, lanzan granadas, disparan sin el menos respeto por la vida de los demás, trafican con jovencitas para comercio sexual, roban coches y venden autopartes, ah!!, esos que de paso, comercian con droga en escuelas, y la transitan hasta los "iuntates”, peleándose territorios de tránsito, esos malos en el fondo son buenas personas, actúan como actúan porque no les ha quedado de otra, por que como sociedad y como estado no les hemos dado opciones, si les ponemos una escuela cambiaran la AK47 por una libreta, un ipap, una pluma y hasta una edición de El Laberinto de la Soledad, La Región Más Trasparente o Tiempo de Zopilotes; si les damos a escoger entre una chamba de algo así como 20mil pesos/mes, seguro renunciarían a los placeres de la vida mundana que les proporciona, entre otras cosas, además de riqueza, el poder sobre la tranquilidad, la integridad y hasta la vida de nosotros, sus semejantes (los buenos). En contrapartida podríamos escuchar a Hobbes decirnos:  México está en regresión hacia el Leviatán, la delincuencia es el lobo del mexicano, hay que combatirlo con todo el peso de la fuerza pública que hemos debido darle al estado, no hay otro camino posible, si en su tránsito caen inocentes, habrá sido el costo de defender un bien mayor (la colectividad) en riesgo de un bien menor (el individuo); nos recordaría el porqué existe el Estado: fuera de él, es el dominio de las pasiones, la guerra, el miedo, la pobreza, el abandono, la barbarie, la ignorancia, la bestialidad, en el Estado, es el dominio de la razón, la paz, la seguridad, la riqueza, la decencia, la sociabilidad, el refinamiento, la ciencia, la benevolencia -De Cive-.
La fácil es el discurso que adopta lo mejor de los dos mundos, aún cuando se sabe que no hay puntos posibles de coincidencia. La fácil es buscar entre esas tonalidades grises, negando la existencia de otros colores. ¿Cuántos de los que participan de la discusión, cuántos de los que participan de las tareas de gobierno, y no se diga, cuántos de los lobos hobbesianos han sido educados, en el valor del cumplimiento irrestricto de la ley como un color concreto y no una tonalidad abstracta?  Pregunta retorica. Respuesta simple: Ninguno. De hecho, ningún mexicano, todos hemos aprendido de forma directa, o por derivación, que la ley puede ser evitada mediente la mordida, puede ser torcida por la corrupción y, hasta puede ser aprovechada y, aún así, disfrutar de la impunidad.
Muy seguramente por ello no vemos otras tonalidades, por ello no hay espacio en la discusión para soluciones que transiten en otros tonos distintos al negro, al blanco o al gris. Hemos llegado a un punto de inflexión donde se han agotado ya las medias tintas, necesitamos repensarnos como país, como sociedad, como estado.
Agradezco al señor Sicilia, su valentía y su arrojo, pero sobre todo, admiro la voz que presta a los dolidos, que represente y dé nombre a las víctimas que un Hobbes actual llamaría el bien menor sacrificado en aras de la supervivencia del resto como bien mayor. Le agrdezco que nos demuestre que hay espacio para la acción política ciudadana, ese es su mayor mérito. Me desencuentro con él en su optimismo antropológico, ¿qué se puede pactar con los incendiarios del casino en Monterrey? ¿Acaso que cobren menos piso a los dueños para que estén en posibilidad, o en el peor de los casos, en acuerdo para pagar la cuota de piso y así evitar el daño a víctimas inocentes? ¿acaso qué si van a incendiar un inmueble por falta de pago del derecho de piso, lo hagan en horas en que está vacío? ¿acaso qué sólo afecten el patrimonio de los morosos empresarios –sin valoración sobre el cumplimiento normativo correspondiente- que se oponen a pagarles el derecho de piso?, ¿qué se puede pactar con éstos lobos hobbesianos? Preguntas retóricas, que deberíamos exigir contestar a muchos actores políticos, expresidentes incluidos. Respuesta simple: nada.
Transitar por el gris es fácil, nadar de muertito criticando las acciones sin proponer alternativas, hasta divertido.
¿No hay entonces salida posible? Refundémonos como sociedad, renazcamos como ciudadanos, repensemos el Estado, renovemos nuestro pacto social. Eso implica, un basamento mínimo de verdad, llamar a las cosas por su nombre y transitar a ese nuevo estado renunciando a lo políticamente correcto, a lo electoralmente menos costoso, diciendo en donde estamos parados respecto a los tonos grises que se desprenden de una y otra postura.
Por mi parte, en el tránsito, prefiero el realismo hobbesiano al optimismo antropológico rousseauniano.

martes, 2 de agosto de 2011

Importancia de la planeación didáctica con base en un enfoque cognitivo


Existe un largo trayecto desde el preparar una clase hasta el desarrollar una planeación didáctica. La preparación de clases considera básicamente dos concepciones de lo que debe ser intra y extra-aula el trabajo docente, por un lado la atención a los lineamientos, reglas y procedimientos (incluidos formatos) que en concordancia con el curriculum institucional establecen las instituciones educativas, y por el otro el uso de técnicas y dinámicas educativas que sin duda contribuyen al cambio de actitud puramente receptora y pasiva de los estudiantes. La preparación de clases tiene como sustrato los contenidos temáticos de la asignatura. Por su parte, la planeación didáctica tiene como punto de partida la atención a los complejos procesos cognitivos que componen el aprendizaje significativo, sin desatender, claro está, los contenidos temáticos. En otras palabras, una práctica docente centrada u orientada hacia el aprendizaje.



¿Por qué planear y no sólo preparar la clase?

La repuesta se encuentra en los procesos de cada una.

La preparación de clases tiene como fin último la organización de estrategias didácticas que permiten al docente agotar los contenidos temáticos; para su desarrollo basta el dominio de los temas y el conocimiento y utilización de diversas técnicas y recursos didácticos; culmina con la evaluación orientada a considerar aprendizaje la reafirmación de contenidos temáticos.

La planeación didáctica tiene como fin último atender las necesidades de aprendizaje de los sujetos que conforman el grupo, al igual que la preparación de clases se apoya en estrategias didácticas y atiende el contenido temático de la respectiva asignatura; requiere, además del dominio de los temas y el conocimiento y utilización de diversas técnicas y recursos didácticos y a diferencia de aquella, entender y atender las variables del complejo proceso de aprendizaje; evalúa, finalmente, no la reafirmación de contenidos, sino la construcción de nuevo conocimiento.

En éste sentido, la planeación didáctica debe ser entendida como el proceso mediante el cual son organizados los elementos de vinculación entre la enseñanza y el aprendizaje, constituyendo, mediante la instrumentación y realización de la práctica docente, la herramienta estructural del trabajo en el aula. 

Una planeación como la propuesta, con enfoque centrado en el aprendizaje y no sólo en los contenidos temáticos, requiere de atender múltiples aspectos. Al respecto, vale la pena señalar las variables que contiene y algunos de los aspectos que conforman las mismas: a) estudiantes, con énfasis en sus características, los conocimientos previos con que cuentan y los tipo de aprendizaje; b) la actividad docente propiamente dicha, recursos y medios didácticos, metodología de trabajo y tiempos; y, c) el área de conocimiento, variable en la que se atienden los contenidos de aprendizaje, los objetivos educativos y los métodos y características de evaluación.


En éste punto es importante tener en cuenta lo que el aprendizaje significativo deriva para la formación del estudiante de nivel superior, ya que al lado del aprendizaje de conceptos propios de una asignatura en particular, le permite aprender los procedimientos relacionados con la misma y con las habilidades propias del estudiante y profesional del tópico, así como la actitud que en relación con el propio conocimiento deberá desarrollar en relación con los demás y consigo mismo.


Hasta aquí hemos clarificado la importancia, en base a la comprensión de sus propios procesos, que la planeación didáctica tiene por sobre la preparación de clases. Sin embargo, es preciso abordar sobre éste enfoque que sitúa a la enseñanza como centro de atención del proceso educativo, y que se ha dado en denominar enfoque cognitivo.
Podemos resumir, que el desarrollo adecuado de la planeación didáctica con enfoque en el aprendizaje como proceso cognitivo, es el punto de partida para una adecuada formación profesional del estudiantado. Es, finalmente, el instrumento que permite a los docentes trasladar el conocimiento sobre la asignatura al proceso de aprendizaje del alumno de tal forma que éste pueda construir nuevo conocimiento.  En otras palabras, es la herramienta qué, de ser atendida y desarrollada en plenitud, permite pasar de la conservación y trasmisión del conocimiento como conjunto de ideas y conceptos, a la aplicación del mismo.

¿Por qué planear con enfoque cognitivo? 
  
La finalidad, la razón principal, lo que subyace como justificación de la necesidad de desarrollar unidades didácticas con enfoque cognitivo, es la generación o construcción de conocimiento por parte de los estudiantes. A diferencia de considerar el conocimiento como reafirmación de contenidos, conceptos e ideas previas, lo que el enfoque cognitivo busca es generar nuevo conocimiento a partir del desarrollo de competencias, habilidades y actitudes del estudiantes en relación con la disciplina y los procedimientos propios de la misma. No adquirir conocimiento como entidad estática, sino al contrario, dinamizar el conocimiento a partir de la reflexión y análisis del mismo, generando un nuevo conocimiento.

Partiendo de las ideas y propuestas desarrolladas por Robert Marzano,  es posible identificar cinco dimensiones  en el enfoque o perspectiva cognitiva.

  1. Problematización-Disposición. Incluye las actitudes y motivaciones del estudiante respecto a su propio proceso de aprendizaje y el entorno en el cual éste es desarrollado, así como a las curiosidades iniciales que marcar todo proceso de aprendizaje (interrogación, duda, problematización respecto a principios, temas, ideas, conceptos de la asignatura)
  2. Adquisición y organización de conocimiento. Refiere  la fase en que el estudiante entra en contacto con información relativa nuevo conocimiento, los enlaza con aquel que ya forma parte de su propio acervo, esquematiza u organiza todo el caudal de información de forma tal que pueda procesarla en función de su propio tipo de aprendizaje, para finalmente generar predicciones tendientes a ser verificables, de forma tal que esta parte del proceso de aprendizaje se constituya como una base de información significativa
  3. Procesamiento de la Información. En ésta dimensión, el agente estudiante, desarrolla habilidades mentales que le permiten operar la información obtenida y organizada; así, deduce, induce, compara, clasifica, abstrae, en torno a la propia información, lo que en conjunto con las dimensiones anteriores genera el basamento de su proceso de aprendizaje.
  4. Aplicación de la información. Obtenida y operada la información, es posible poner en juego la misma para tratar con problemas reales, posibles o probables. En ésta dimensión se ponen en práctica la investigación, la planeación de proyectos, la resolución de problemas, el estudio de casos, etc., ejercicios que evidencian al propio estudiante respecto al conocimiento mismo, el tipo de habilidades ejercitadas en torno al mismo así como la aplicación en conjunto de ambos. Es esto lo se denomina aprendizaje significativo.
  5. Conciencia del proceso de aprendizaje. Es posible describir ésta dimensión como el entendimiento de la forma como aprendemos, en base al control de las otras cuatro dimensiones y del trayecto formativo que las mismas conducen, de forma tal que podemos rescatar un método propio de aprendizaje, permitiendo así la autogestión del conocimiento.


Es importante señalar que estas dimensiones no son necesariamente secuenciales,  y que no todos los procesos de enseñanza son formativos, baste aclarar que no toda la información que se adquiere y organiza se convierte en aprendizaje significativo y por tanto en conocimiento aplicable.


A manera de conclusión, podemos afirmar que en el traslado del centro de atención de la enseñanza al aprendizaje, y en el fomento de aprendizajes significativos a partir del enfoque cognitivo, mediante el desarrollo de una práctica docente basada en la planeación didáctica, se encuentra el mayor reto de la docencia de nivel superior, construyendo a su vez el camino para la formación de mejores personas, profesionistas y ciudadanos.




Ensayo presentado como producto final del curso taller “La planeación didáctica, base de una práctica exitosa”, diseño del pedagogo Carlos Alonso Pulido Ocampo, para la Universidad Euro Hispanoamericana, como parte del proceso para la obtención por oposición de la cátedra de Teoría Política en la Licenciatura en Derecho, Xalapa, Ver., Agosto 2011.