SERIE DE APUNTES SOBRE DIVERSOS TEMAS DEL DERECHO Y LA POLÍTICA, APUNTES QUE SIN PRETENSIÓN ALGUNA ABORDAN VARIADOS TÓPICOS

Abelardo González Zamudio

miércoles, 30 de noviembre de 2011

LEER PARA PENSAR, ENTONCES EXISTIR

Entre tener más democracia y ser mejor democracia la diferencia no es sólo de términos, es también, pero sobre todo, sustancial. 

Las aspiraciones de una comunidad dirigidas a acrecentar la participación política, es decir, el número de quienes detentan el derecho de decidir sobre el destino político de aquella, parece encontrarse acotado a dos vías: por un lado la disminución de la edad mínima de participación en la res pública, y por el otro, la revisión del requisito de ciudadanía/nacionalidad como el elemento legitimador de tal derecho.

En el ámbito de mejora cualitativa de la democracia el camino tiene múltiples bifurcaciones, baste señalar que que allí donde los detentadores del derecho democrático de decisión sobre el destino político de la comunidad, pueden elegir libre y competitivamente a quien o quienes deberán tomar las decisiones de alcance general, pero no pueden revocar tal elección, el camino por el que debe transitar la aspiración de mejora de su democracia es largo y arduo.

En términos cuantitativos la revista Letras Libres ha publicado un artículo que pone en la mesa de discusión la pretendida vía de acrecentar la participación concediendo el derecho de voto a los residentes, la base de legitimidad de tal propuesta es el principio de que quienes contribuyen a una sociedad y viven bajo sus leyes, deben tener el derecho a participar en la toma de decisiones válidas para todos los miembros de la misma.

La propuesta invita a mudar el principio legitimador del derecho a la participación, tal mudanza significa dejar de lado la consideración de que el vínculo de nacionalidad, que si bien no es el único, si es el de mayor significancia en la relación individuo-comunidad política.



viernes, 4 de noviembre de 2011

LEER PARA PENSAR, ENTONCES EXISTIR

1. De Jesús Silva Herzog-Márquez, y para aquellos que son o se interesen en ser políticos practicantes, del ensayo El Político, en el que José Martínez Ruiz (Azorin) establece 47 consejos de cómo debe ser el político. Incluye reflexión de los temas de la Ciencia y la Teoría Política.
Destacables las sentencias: A esos hombres (que no sacaban -del baúl- la inteligencia porque en realidad nunca la tuvieron) la gente empezó a llamar(les) políticos, hombres que por su cortesía fueron ganándose la simpatía popular y recibiendo la encomienda de cuidar sus asuntos. Así pasaron los siglos hasta que un buen día la gente se percató de que esos hombres no llevaban la inteligencia en la cabeza ni tampoco la tenían guardada en el cajón. La inteligencia abstracta está peleada a muerte con la política. Un político inteligente es un político fracasado. |


2. De Juan Villoro en Reforma, Tiempo de Miedo, vale la pena detenerse un momento y analizar nuestra esencia como mexicanos. ¿inferioridad o miedo, que nos describe mejor? |


3. En Nexos (en linea) Nuestra Guerra: Una conversación, participan: Fernando Escalante, Eduardo Guerrero, Alejandro Hope, Denise Maerker, Ana Laura Magaloni, Héctor de Mauleón, Natalia Mendoza, Guillermo Valdéz y Joaquín Villalobos. Es una discusión en relación con el problema de seguridad y violencia que han marcado el destino reciente de México, a destacar el comentario de Joaquín Villalobos con el que se cierra la publicación:  "...en el contexto de México... la violencia es un agente de cambio porque obliga al Estado a transformarse. Es fundamental tener una lectura pragmática de la violencia, porque una lectura emocional impide ver el problema estructural que se generó en un largo periodo y que ahora se manifiesta en la necesidad del Estado de hacer uso de la fuerza para controlarlo, porque no hay otra forma. Hay que reconocer que hay un México violento, y que se impone transformarlo. La primera medida es establecer autoridad en donde está ese México violento. Es un gran progreso que el tema haya entrado a la agenda política y sea ahora un asunto de primer orden, esto tendrá implicaciones importantes en la modernización de México. La violencia es temporal, no va a ser endémica. Y me baso en lo siguiente: es menos difícil organizar al Estado para que pueda controlar la violencia, que organizar a los criminales para que sean pacíficos.|